¿Quieres elevar tu kundalini – la energía sutil de tu alma? ¿Quieres sentirte en paz? ¿Quieres aquietar tu mente? ¿Quieres alcanzar el maravilloso estado de shunia – este punto cero donde puedes observar todo desde tu mente neutral sin estar afectada por tus pensamientos o emociones? ¿Quieres alcanzar un estado de pura felicidad?
Todos tenemos la posibilidad de alcanzar este estado de shunia, este estado de conciencia más elevado… sólo tenemos que comprometernos con nosotros mismos. Solo tenemos que aprender a disciplinarnos – todo depende de nuestra práctica.
Mientras no tengamos dominio de nuestra energía vital, sepamos movernos y elevar nuestra energía y despertar nuestro fuego interior – nuestro Agni – no podremos llegar a estados de conciencia elevados.
Para conseguirlo se requiere técnica, constancia y perseverancia… no se logra en un solo día.
Yogi Bhajan solía recordarnos siempre que “El Guru ama la disciplina del discípulo más que al discípulo.”
El Guru no es una persona física – sino esa energía sabia interior que nos permite pasar de la oscuridad a la luz.
Tenemos que renovar nuestro compromiso con nuestra alma – con nuestra consciencia todos los días.
Hay momentos donde la llamada de nuestra alma es muy poderosa y nos comprometemos con mucha facilidad.
Pero hay otros momentos donde el mundo exterior nos atrae mucho más… nuestra vida es agradable… tenemos ganas de salir y de tener nuevas experiencias y de repente dejamos de lado nuestro compromiso inicial. Empezamos a faltar un día… luego otro… y cada vez nos cuesta más volver a nuestro mat de yoga.
Quizás al aflojar nuestra disciplina, al principio no notaremos una gran diferencia porque si llevamos tiempo practicando, tendremos una cierta “reserva” dentro de nosotros. Pero tarde o temprano, notaremos la diferencia.
Es como un pianista que de repente no practica sus partituras… los primeros días solo él puede percibir la diferencia… pero a medida que pasa el tiempo, el público también empieza a percibirlo.
Disciplinarse es una elección – implica ir más allá de la pura intención – supone aplicar la fuerza de la voluntad y dedicar tiempo a su práctica.
Es un compromiso de por vida.
Los grandes maestros lo saben perfectamente… por eso siguen madrugando todos los días.
Por ello, los días donde te cuesta levantarte por la mañana y sentarte sobre tu esterilla, te invito a ir más allá de esta resistencia… y confiar en el proceso que te permitirá – tarde o temprano – de elevar tu kundalini.
Cuéntame en los comentarios si consigues practicar de manera regular, por favor. Me encantaría saberlo.