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Nuestras palabras son muy poderosas, pero no solemos prestarles mucha atención – la mayoría del tiempo hablamos de manera bastante automática. Y es una pena, porque nuestras palabras tienen un poder creativo muy potente – tanto las palabras que pronunciamos como las palabras de nuestro dialogo interno.

Por eso, de vez en cuando, está bien detenerse un instante y observar las palabras que solemos utilizar.

Es muy interesante descubrir que palabras son recurrentes – tanto en nuestra boca como en nuestra mente.

Porque todas las palabras que elegimos – de manera consciente o no – son el reflejo de nuestra actitud y de nuestra manera de enfrentarnos a la vida.

Yogi Bhajan solía decir: “Si tus palabras tienen la fuerza del Infinito en ellas y son virtuosas, y las valoras, tú eres el más grande de los grandes. Si tú no valoras tus palabras, no tendrás ningún valor. Tu propia palabra es tu valor como ser humano. Tu palabra es tu valor.”

Nuestras palabras son muy poderosas porque son creativas.

Pueden elevar o pueden destruir.

Y no se borran.

Detrás de cada palabra hay energía.

Y tú, como yo, lo sabemos, una palabra aparentemente neutra puede ser destructora cuando esta utilizada con una energía negativa y con la intención de herir al otro.

En realidad, idealmente, solamente tendríamos que utilizar nuestras palabras para elevar al otro.

Pero muy a menudo fallamos – yo la primera.

Así es.

Pero aunque fallemos a menudo, intentemos poner la intención de cuidar nuestras palabras – especialmente las palabras que dirigimos hacia nuestros hijos. Porque los niños son esponjas y captan la intención y la energía escondida detrás de cada palabra.

Y cuanto más poder tenemos sobre alguien, más tenemos que cuidar nuestra manera de hablarle. 

Sat Nam

 Gabrielle – Puranshant Kaur

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Te recomiendo también leer  los artículos que escribo para el Huffington Post de manera puntual. 

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