La Piedad.
Hace unos días, me fui a pasar unos días a Roma, con mi marido y mi hijo.
Los tres nos enamoramos de esta ciudad tan bella – paseamos encantados de un barrio a otro – disfrutando de un viaje en el tiempo y en la historia del arte – descubriendo maravillas… la piazza de Spagna, la piazza della Rotonda, la Piazza Navona, la Fontana de Trevi… el Colosseo… y obviamente la Capilla Sixtina y San Pedro.
Había oído hablar tanto de la Capilla Sixtina… que estaba deseosa de ver esta obra maestra de Michelangelo. Pero mi corazón verdaderamente se emocionó por su Piedad, expuesta en San Pedro. Me conmovió muchísimo esta escultura… especialmente la figura de la Virgen. Michelangelo consiguió trasmitir todos los sentimientos de una madre que acaba de perder a su hijo a través de su manera de esculpir su cuerpo y su cara. Percibimos su infinita dulcera, su amor infinito y su gran tristeza a través de su manera de llevar a su hijo en sus brazos, de agachar ligeramente sus hombros, de inclinar su cabeza, de mirarle con mirada ausente.
Es imposible no identificarnos con esa mujer – seamos cristianos o no – conmueve nuestro corazón de madre.
Es el talento de los grandes artistas para llevarnos a percibir sentimientos y emociones que despiertan algo muy profundo en nosotros, nos elevan y nos abren al amor incondicional.
Michelangelo hablo de su Piedad de esta manera: “Vi un ángel en el mármol y lo esculpí hasta liberarlo.”
Podéis ver una foto de la Piedad aquí… decidme si os conmueve tanto como a mí.
Sat Nam,
Gabrielle – Puranshant Kaur
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