Es el final de la primavera en España.
Los bosques están llenos de flores silvestres… de color amarillo, rosa, blanco, morado, rojo, azul, verde…
Un encanto para todos nuestros sentidos.
Esta explosión de vida es un proceso natural… las plantas suelen florecer en la primavera… unos años con más ímpetu otros con menos… pero lo cierto es que las flores, año tras año, reaparecen en la primavera… muy similares a las del año anterior pero siempre distintas.
Algunas veces están en medio del campo… otras veces están escondidas detrás de unos árboles o arbustos… No se les ve enseguida… juegan al escondite con nosotros… siempre preparadas para sorprendernos y alegrar nuestro paseo.
Nosotros, los Seres Humanos, somos muy parecidos a las flores silvestres. Año tras año, florecemos también.
A medida que nuestra consciencia se expande, recibimos los frutos de nuestro esfuezo.
Todo el trabajo que hacemos a lo largo del año, levantándonos temprano por la mañana, practicando kryas y meditaciones, esforzándonos para elevar nuestra consciencia, nuestra vibración tiene siempre recompensa.
Pero como estos regalos divinos – estas flores – son muy sutiles, no solemos percibirlos enseguida.
Te invito a detenerte unos instantes para apreciar todos los cambios sutiles ocurridos en ti durante los últimos meses… observa cómo te sientes, como respiras, como te mantienes, como te dejas llevar menos por tus pensamientos, cómo actúas en vez de reaccionar….
Todos estos cambios son reales.
Quizás todavía te parezca poco y no hayas alcanzado los niveles que esperabas.
Quizás te sientas todavía sometida a altibajos emocionales.
No te preocupes, la perfección no existe.
Siempre estaremos sometidos a altibajos emocionales. Somos seres humanos. No somos robots. Y la vida es lo que es.
Pero mientras sepamos volver a conectar con nuestra respiración – con el flujo del prana dentro de nosotros, con nuestro Ser Divino, mientras sigamos elevándonos conscientemente día a día, tarde o temprano floreceremos.
Entonces disfruta de tus flores maravillosas… y agradece el camino ya recorrido.