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Nuestros modelos – o maestros – son esenciales.

Nos influencian – aunque muchas veces, no seamos plenamente conscientes de ello.

Cuando somos niños, nuestros modelos – o maestros – suelen ser nuestros padres.

Un poco más mayores, suelen ser nuestros amigos y nuestro entorno cercano.

Ahora te invito a detenerte un momento y a pensar en tu percepción de la vida.

¿Qué piensas de la vida?

¿Piensas que has elegido nacer, o no?

¿Piensas que lo que ves es lo que existe? ¿O piensas que lo que ves es solo una porción pequeña de algo mucho más grande?

¿Piensas que te mereces ser feliz? ¿O piensas que la vida no es más que un suceso de dramas y problemas?

¿Piensas que las cosas ocurren por casualidad en la vida? ¿O piensas que todo es vibración y que cambiando tu propia vibración, puedes atraer cosas distintas en tu vida?

Ahora que has contestado a todas estas respuestas, pregúntate si estas respuestas son realmente tuyas… o si son las que has heredado de tu familia, de tus amigos o de tu cultura.

Nuestros modelos nos influencian a niveles muy profundos.

Por eso es esencial preguntarse de vez en cuando si nuestras creencias son realmente nuestras o si son el fruto de lo que hemos heredado a lo largo de nuestra vida.

Por eso también, en algún momento de nuestra vida, necesitamos la ayuda de un nuevo maestro para deshacernos de todo o parte de lo que nos han enseñado los demás – ese maestro es quien nos ayudará a reconectar con nuestra propia sabiduría interior.

Nunca te olvides de esta frase: “Cuando el alumno está listo, el maestro aparece”.

La mayoría de mis maestros son maestros de Kundalini Yoga. Pero a parte de ellos, tengo un cariño especial para tres personas – la próxima semana, te contaré quienes son esas tres personas – estoy segura de que te van a encantar.

Sat Nam

 Gabrielle – Puranshant Kaur

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Te recomiendo también leer  los artículos que escribo para el Huffington Post de manera puntual. 

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